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Enso: Simple armonía

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Enso: Simple Armonía

¡Namasté! Queremos contarte de dónde viene nuestro nombre, ya que nos han preguntado muchísimo por él en nuestras redes sociales.

¿De dónde viene el Enso?

El Enso es un símbolo circular del budismo Zen que se hace de un solo trazo. Nos recuerda que venimos de la nada y que a la nada volveremos; es como una botella que no tiene una tapa (si te fijas bien, el círculo no tiene un cierre definido).

Las claves para comprender al Zen son la simplicidad, la pureza y el hecho de habitar en un eterno presente. En el Zen, lo que es, lo que hay y lo que se hace es lo único que cuenta.

Con esto en mente, lo que diferencia al Zen de otras corrientes del budismo es la ausencia de explicaciones sobre vidas pasadas y reencarnación, por ejemplo.

Diferente a la imagen del budismo tibetano que tiene muchísimas variedades de seres iluminados, el Zen nos presenta un estilo de vida que cualquiera puede adoptar para hacerse la existencia más amable.

El enfoque del Zen está en la respiración y la concentración para llevar la atención al presente, de modo que limpiar la casa, cocinar o hacerle cariñitos a tu familia y/o mascota se convierten en meditación.

¿Cómo usar el Enso?

Debo admitir que yo no soy de tomar pincel de caligrafía y papel para pintar un Enso; sin embargo, cuando los monjes dedicados totalmente al arte de la vida en comunidades aparte deciden dibujarlo, deben hacerlo de un solo trazo para mostrarse a sí mismos que están lo suficientemente centrados como para seguir adelante con el camino que tomaron.

En mi experiencia personal, lo que hago es tomar una imagen impresa del símbolo y la observo mientras medito. Esa conciencia del vacío libera la mente y la abre a otras formas de pensamiento, algo que considero realmente valioso para poder crear contenido para ustedes.

El Enso es energía dinámica que contiene el todo y la nada al mismo tiempo. Suena difícil de describir, pero en la experiencia, al visualizar el trazo surgir de un punto y terminar en otro, percibes que los ciclos que comienzan también necesitan un cierre.

Como en la vida.

Como en el universo.

La vida empieza y nunca termina, siempre que tengamos conciencia de que la permanencia es una ilusión.

(¿Mencioné que el budismo me encanta pero no me da para ser budista 100%? Pues te debo una explicación más larga, jejeje).

De momento, solo queremos darte gratitud desde el corazón del equipo de trabajo. Cuéntanos en los comentarios qué temas quieres ver reflejados en este blog y en nuestro canal de YouTube, que estamos para investigar y darte la cultura espiritual que quieras. ¡Hasta la próxima!

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