En este país de locos, con la realidad nacional que habitamos, habrás escuchado o leído millones de veces y visto una buena cantidad de imágenes que dicen que el perdón es lo único que traerá paz a tu alma, que tienes que hacerlo por tu bien y no por el de los demás, que es “la venganza de los buenos” (eso sonó fuerte, ¿verdad?), etc, etc, etc… pero, ¿cómo se hace para vaciar el dolor y soltar la tensión del pasado?
No soy de confesionarios, eso está clarísimo. Si a ti te funciona ir a la iglesia y contarle todo a un sacerdote / pastor / persona consagrada en el nombre de alguien más grande (Dios), bien por ti. Yo tuve mis momentos de infancia en que me sentía bien haciéndolo, hasta que la vida me exigía mirar a mi prójimo ofensor (u ofendido) de frente sin llorar… Y no podía.
A mis lindos 28 años, tras mucho dolor cargado, mi sensei de Reiki habló de una técnica de perdón en la que no profundizó demasiado, así que me puse a practicarla en cualquier momento del día, cada vez que me acordaba de alguna situación tensa.
La técnica se llama ho’oponopono. Se ha hecho muy popular en los círculos de terapeutas holísticos, así que es momento de desenredar la pita para ti.
¿Cómo funciona Ho’oponopono?
En primer lugar, la vida no viene con manual de instrucciones. Como cualquiera en este mundo, somos aprendices. Y los aprendices, cometemos “errores”, es decir, que nos ponemos en situaciones difíciles, más que nada, por programaciones mentales inconscientes o porque no cumplimos con las expectativas de quienes nos acompañan en el camino (familia, pareja, jefes, subordinados…).
Con esto en mente, el ho’oponopono nos cambia la perspectiva y nos pone en el lugar de la responsabilidad de co-creadores. No estamos solos, ni siquiera viviendo en una isla. Somos seres sociales y en las relaciones de todos los días, nos exponemos tal cual nos han enseñado y nos hemos adaptado.
Y así como caemos bien, también caeremos mal. El ho’oponopono nos pone el mundo como un espejo. De lo que tengo, doy. De lo que soy, doy. Lo que me regresan, es una imagen de lo que está funcionando o fallando en la programación que me dieron.
Si eres cruel contigo o rebelde sin causa, lo más probable es que hayas tenido una familia que te exigía ser la personita más juiciosa del mundo. Si eres alcahuete, la vida te la va a poner ruda a ver cuánto más aguantas… Y así podría seguir kilómetros enteros de párrafos.
Sobre la técnica del perdón
Vivi Cervera, alma bendita, fue una de las mayores aportantes al desarrollo de la técnica en Hispanoamérica. Ho’oponopono viene de Hawai y es tan simple como repetir palabras. Si eres capaz de meditar, rezar u orar, puedes hacer ho’oponopono para acompañar tu práctica diaria.
Ten presentes estas palabras:
- Lo Siento.
- Perdón.
- Gracias.
- Te Amo.
Es hablarle a la programación que tienes. Tus padres te dieron lo que sintieron y pensaron que era mejor para ti, ahora la responsabilidad de lo que decides ser y convertirte es tuya 100%. Con ho’oponopono, asumes el control totalmente, sin culpar a nadie ni culparte a ti.
Cada una de las frases tiene un significado esencial:
- Lo siento… Por las memorias de dolor que creamos juntos.
- Perdón… Por las heridas que abrimos en el proceso.
- Gracias… Por tu presencia en el camino.
- Te Amo… Porque eres un ser de Luz, aprendiendo igual que yo.
Repetir 3 veces las 4 frases, cada vez que te acuerdes de la situación difícil, irá liberando la carga de karma que se creó, hasta que seas capaz de mirarla sin llorar ni sentir rencor. Ahora: Perdonar no implica reconciliación. Solo aceptar que el ciclo se cerró y puedes seguir adelante.
Cuando te apuntas a terapia Reiki conmigo, yo aplico Ho’oponopono para intensificar el efecto. Por eso, a pesar de la distancia, sientes que yo estoy ahí contigo.
Para que te enteres de la historia del Ho’oponopono, aquí te dejo este video de nuestro canal de YouTube. ¡Un abrazo de luz, namasté!